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:::Sinópsis:::

domingo, 20 de marzo de 2011
El actor es el representante, el ser capaz de contener los significados del personaje representado. El arte en general constituye la posibilidad de acceder a la verdad interna del ser mediante su representación. La verdad sobre la realidad es una verdad oculta, invisible, secreta, que requiere ser revelada por el arte.
     La actriz tiene un discurso. Un platillo para sus comensales, ella es la anfitriona del público y se encargará de acompañarlo. Al momento de subir al escenario la actriz ofrece su verdad, su ficción, su personaje: E.
     Al estilo de Shakespeare, este personaje introduce al público sobre lo que se representará.
     De esta manera E se convierte en el personaje de la actriz, en la hacedora de una verdad que se permite existir en la ficción de la escena.
     La actriz se refugia en ese espacio en donde puede construir su propia realidad: el escenario.
     Para sumergirse en su interioridad E atiende a sus exigencias personales, calibra sin miedo sus perversiones dando vida a las mujeres de Shakespeare: Julieta, Desdémona, Tamora, y Lady Macbeth; con la única diferencia de que están ahí para suscitar en E una gama infinita de posibilidades y no para ser representadas tal cual fueron escritas.
     Así estos personajes hablan sobre los miedos de E: llegar a hacer lo que estas mujeres hicieron, y a la vez su anhelo: una mujer con decisión.
     En esta realidad se pierde la noción de justicia, no se busca piedad, se invoca a la fuerza, se busca esperanza… esperanza de no convertirse en la puta del teatro.
     De la necesidad de representar esas mujeres, finalmente E entra en catarsis y se cuestiona que logró con representarlas. El teatro es lo mismo ¿para qué lo hago?, ¿qué importancia tiene hacerlo?, ¿y yo qué? ¡Basta!

1 comentarios:

merce_red71 at: 11 de mayo de 2011, 21:47 dijo...

Impactante !! FELICIDADES !!! la veré una y otra vez, jejeje...

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